Ir al contenido principal

Palabras invisibles

Un hombre avanza desesperado por el desierto. Acaba de beber la última gota de agua de su cantimplora. El sol sobre su cabeza y los buitres que lo rondan anuncian un final inminente. —¡Agua! —grita—. ¡Agua! ¡Un poco de agua!

Desde la derecha ve venir a un beduino en un camello que se dirige hacia él.

—¡Gracias a Dios! —dice—. ¡Agua por favor… agua!

—No puedo darte agua —le dice el beduino—. Soy un mercader y el agua es necesaria para viajar por el desierto.

—Véndeme agua —le ruega el hombre—. Te pagaré…

—Imposible «efendi». No vendo agua, vendo corbatas.

—¿Corbatas?

—Sí, mira qué maravillosas corbatas, Éstas son italianas y están de oferta, tres por diez dólares.Y estas otras, de seda de la India, son para toda la vida,  y éstas de aquí..

—No… No… No quiero corbatas, quiero agua… ¡Fuera! ¡Fueraaaaa! El mercader sigue su camino y el sediento explorador avanza sin rumbo fijo por el desierto.

Al escalar una duna, ve venir desde la izquierda otro mercader.
Entonces corre hacia él y le dice:

—Véndeme un poco de agua, por favor.

—Agua no —le contesta el mercader

—, pero tengo para ofrecerte las mejores corbatas de Arabia…

—¡¡¡Corbatas!!! ¡No quiero corbatas! ¡Quiero agua! —grita el hombre desesperado.

—Tenemos una promoción —insiste el otro—. Si compras diez corbatas, te llevas una sin cargo.

— ! No quiero corbatas!

—Se pueden pagar en tres cuotas sin intereses y con tarjeta de crédito. 

¿Tienes tarjeta de crédito?

Gritando enfurecido, el sediento sigue su camino hacia ningún lugar. Unas horas más tarde, ya arrastrándose, el viajero escala una altísima duna y desde allí otea el horizonte.

No puede creer lo que ven sus ojos. Adelante, a unos mil metros, ve claramente un oasis. Unas palmeras y un verdor increíble rodean el azul reflejo del agua.

El hombre corre hacia el lugar temiendo que sea un espejismo. Pero no, el oasis es verdadero.

El lugar está cuidado y protegido por un cerco que cuenta con un solo acceso custodiado por un guardia.

—Por favor, déjeme pasar. Necesito agua… agua. Por favor…

—Imposible, señor. Está prohibido entrar sin corbata...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Rodolfo Álvarez Del Castillo "El Remington"

Los biógrafos de Rodolfo   coinciden en que fue el tercer hijo de Don Antonio Álvarez Del Castillo, familia originaria de Los altos de Jalisco que pasó a vivir a San Pedro Tlaquepaque en los tiempos convulsos de la Revolución. Ahí  Don Antonio fue muerto por Nicolás Barajas , acción que a toda la comunidad conmovió pero naturalmente con mayor Razón al pequeño Rodolfo  y a sus hermanos, quienes desde muy pequeños quedaron sufriendo  de las amarguras de la orfandad  .Rodolfo a quien ya sus amiguitos de la infancia le apodaban el  " Remington " se le quedo grabado la idea de vengar la muerte de su padre. Se cuenta del pequeño Rodolfo que en la escuela , cierto día que lo molestaron,tomó una piedra  del tamaño de una papa y cuál atinado lanzador beisbolero le dío a su contrincante en la mera nalga . Sorprendidos sus compañeros de semejante tino y estando de moda los rifles marca Remington,  comentaron entre ellos  " parece Remington " y se le quedó , apodo q

Pedro Zamora "El Zorro de Jalisco"

General, Pedro Zamora (1890; El Limón, Jalisco — 28 de febrero de 1921; La Ciudadela, ciudad de México) fue un militar mexicano con idealismo villista que participó en la Revolución mexicana, vuelto leyenda en los relatos de Juan Rulfo. Nació en El Palmar de los Pelayo, en los alrededores de El Limón, Jalisco en el año de 1890. Zamora merodeó la región del Valle de Tuxcacuesco durante 10 años, convirtiéndose en uno de los guerrilleros más legendarios del Sur de Jalisco.  Luego de que Francisco Villa perdió el Occidente en los primeros meses de 1915, Zamora intentó recuperar Sayula el 28 de agosto, sorprendiendo a una guarnición carrancista. El vicepresidente municipal organizó la defensa, preocupado por que el capitán Francisco Bravo y demás oficiales no se encontraban.  El combate se centró en la iglesia y en la presidencia municipal. Los 600 villistas bajaron de los cerros cercanos y entraron por el oeste, lanzando bombas contra los reductos defensivos.  Los zamoristas se

El charro negro

Cuentos que cuentan... Concluía el siglo XVIII y San Juan de los Lagos, adquiría una gran fama. Los milagros de la Virgen de San Juan atraían a muchas personas, por lo que su feria se volvía de las mas importantes, ávidos todos por exponer sus productos  a tantas personas que  visitaban la ciudad, las riquezas que se movían en el pueblo, eran la envidia de muchos. Su fama se extendía no solo en  América, sino que cruzaba el continente y de todos lados llegaban personas.  Es el caso que un buen mozo galante y de modales excepcionales llegó a la ciudad vestido de charro con un hermoso caballo, con el cual comenzó a recorrer todo el pueblo, aprovechando sus modales para hacer amistad entre los locales. Si bien se presentaba con su verdadero  nombre, el mismo ha quedado en el olvido, ya que todos lo conocían como “El Charro Negro” El hombre intentó acercarse a todos los círculos sociales de la localidad, haciendo constantes preguntas sobre el pueblo, sus costumbres y usos, inte