El relato de la "Ánima de Sayula" fue la vergüenza de este pueblo del Sur de Jalisco durante décadas.
Con el paso de los años estos versos ,escritos por Teófilo Pedroza en 1871, se hciieron famosos al grado de convertirse en uno de los atractivos culturales y turísticos de Sayula.
Los versos relatan la historia de Apolonio Aguilar, un trapero que por azares del destino se vio en una mala situación económica. Desesperado le contó a su compadre José su pesar, quien le dijo que en el panteón de Sayula había una alma en pena dispuesta a entregar sus talegas llenas de monedas a cambio de un favor.
Tras meditar las situación el trapero confesó a su esposa que iría a la media noche al panteón a enfrentar el ánima en pena para que le entregara las talegas con el dinero.
La mujer le aconsejó que mejor no fuera, pero Apolonio decidido a hacerse rico esa noche o a morir por del susto fue que acudió al cementerio.
Tras las doce campanadas de media noche las puertas del panteón se abieron y el alma en pena salió.
Apolonio asustado lo confrontó le dijo que se identficara y dijera si en verdad regalaba sus moneda a cambio de un favor.
La Ánima de Sayula le dijo que su nombre era Perico Zurres y que en realidad era un muerto que en vida fue una buena persona, pero que era gay.
A cambio de recibir las monedas Apolonio tendría que satisfacer los instintos sexuales del alma en pena.
Ante la propuesta Apolonio se retiró de inmediato al pueblo y cada vez que escuchaba hablar del difunto se cubría las posaderas con una mano.
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